Luca es LGBTQ+ ?

Salir del océano…

Continuando con la nota de ayer sobre la escasa representación LGBTQ+ en la plataforma de Disney+ y en su trayectoria cinematográfica, hoy me contradigo un poco. Al ser un estreno reciente que se encuentra en pleno hype decidí darle una nota propia.


En menos de una semana el furor en las redes por publicar reseñas de lo nuevo de Pixar se hizo notar. Si leíste “El maravilloso mundo del straight-washing” tal vez creas que soy anti-Disney. Nada más alejado de la realidad, solo soy insoportablemente exigente. Dicho todo esto, ya puedo arrancar con el tema de hoy.

En principio, como ya dije antes, mi opinión sobre Call me by your name tiene epiodio propio en QueerCine desde hace un año. Así que me voy a limitar hacerme a un costado de la brecha de quienes creen que Luca es un homenaje. Solo voy a decir que acá no vemos una relación sexo-afectiva entre un chico intelectual de 17 años durante su despertar sexual con un hombre 10 años mayor. Si, sucede en Italia, en un soleado verano de décadas pintorescas anteriores. Así como cualquier película italiana que no se prestó atención porque no tiene presupuesto hollywoodense.

Y si, ya sé que su director se llama LUCA Guadagnino, así como muchos tanos con el mismo nombre. Tal vez las similitudes que yo encontré sean otras. Como por ejemplo, que por momentos sentí que la trama metafórica se trataba de cierto straight-splaining (?). Ok, lo acabo de inventar, pero sentí eso, que un pensamiento vago y paki sobre la salida del clóset se estaba sobre-escribiendo en una bella fantasía animada.

Realmente necesité verla con detenimiento para estar seguro si era ese el punto. Admito que la primera vez me negaba a creerlo porque no creía que era posible que finalmente esta compañía cinematográfica se estuviera haciendo cargo de su largo conservadurismo.

Cuando escuché a más gente llegando a la misma conclusión entonces me alegré. En especial por todos aquellos juicios sensibles que no pudieron evitar estar disconformes. Les pareció más importante enumerar razones para ver en qué puesto estaba esta peli en su ranking de pelis de Pixar. Les entiendo, es lo que sus privilegios les permitieron entender.

Si tengo que ponerme en ese lugar de “si tan solo hubieran”, pues diría que algunas insinuaciones no me convencieron del todo. Aún así adoré ver una historia original de una vez por todas. Particularmente disfruto mucho estas amistades sanas que aprenden y perdonan desde el error humano. La empatía audiovisual que Luca provoca es exquisita, es decir, unos monstruitos marinos llegan a conmover tanto como esa nostalgia que solo el cine logra.

No sé si es primordial estar al tanto de los comentarios del equipo detrás de cámara y en especial del director para terminar de cerrar la idea que ya está sembrada en el clímax.  Ya hemos visto muchas veces ese conflicto de personajes excluidos de la civilización por ser diferentes. No, Shrek?

Y si nos quedamos dentro del queer cinema, el problema mayor que se repite demasiado es la ceremonia interna por salir del clóset. Acá estamos presenciando otra forma de expresar qué significa nacer y criarse en un ambiente hostil hasta poder entender que ese lugar no fue jamás elegido para vivir. El mismo miedo (o fobia si así te queda más clarito) a lo distinto a aquello que la opresión enseña a golpes y con culpa, es exactamente lo que no deja ver la diversidad de colores que precisan salir a la superficie para respirar.

Tal vez no hoy, sino dentro de algunos años vamos a volver a hablar de Luca como la primera película de Disney con representación disidente. Y no es porque hayamos creído que había un amor entre el protagonista y Alberto. Son niños que encontraron un vínculo de amistad fundado y fundido por haber transitado ese contexto de ser criaturas diferentes al resto. Vivieron la misma experiencia de discriminación y eso los unió. Punto.

Luego, como para completar la apreciación básica, se puede sumar la banda de sonido, los colores, la calidad de animación, los gags, personajes secundarios complementarios y agradables. Todo sucede en una ambientación europea y familiar, que genera imaginar sabores y aromas. Por si sola esta producción demuestra el cariño con el que fue creada, con distanciamiento social preventivo pero con calidez humana. No quiero ilusionarme, sino esperanzarme con que este es un nuevo comienzo. Sea LGBTQ+ explícito o no.

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